Introducción
Los ingresos tributarios ascendieron hasta los 271.935 millones de euros, con un crecimiento del 6,4% respecto a los registrados en 2022.
El aumento de los ingresos en 2023 vino precedido de dos ejercicios con elevados incrementos en la recaudación (15,1% en 2021 y 14,4% en 2022). Sin embargo, estos dos años se comparaban con periodos con una situación atípica: en 2021 con los momentos del confinamiento y en 2022 con un año que aún no había retomado la normalidad completa y en el que las tensiones inflacionarias alcanzaron máximos.
Los dos rasgos que caracterizaron el año fueron el aumento de las bases, en particular las rentas de los hogares y las del Impuesto sobre Sociedades, y el impacto de medidas normativas, sobre todo las relacionadas con las rebajas de tipos en el IRPF y en el IVA. La base imponible agregada de los principales impuestos creció un 7,6%, con un 10,6% en las vinculadas a las rentas y un 3,6% las que tienen que ver con el gasto. En las primeras se observaron incrementos en todos los componentes (salarios, pensiones, rentas de capital, …), aunque el mayor se registró en la base imponible del Impuesto sobre Sociedades. En el gasto, en cambio, el crecimiento fue más moderado condicionado por el descenso de los precios energéticos que afectó al valor de los consumos sujetos a los impuestos especiales. En la parte del IVA, en cambio, el gasto aumentó un 7,1%.
Los cambios normativos y de gestión tuvieron un impacto negativo en 2023 valorado en 3.342 millones, lo que significa que, en ausencia de medidas, la recaudación habría crecido un 7,8%, tasa coherente con la evolución de las bases. Estos impactos fueron más intensos en algunas figuras, como es el caso del IRPF y del IVA. En el IRPF el coste de las medidas fue de 3.841 millones, concentrado casi todo en dos medidas: el incremento de la reducción por rendimientos del trabajo que benefició a los salarios y las pensiones más bajos, y las diversas medidas que aprobaron las CC. AA. en la parte del IRPF sobre la que tienen competencias y que estaban dirigidas, en su mayoría, a compensar los efectos de la inflación, a través de la elevación de los mínimos familiares, la deflactación parcial de la tarifa y la implementación de nuevas deducciones o la ampliación de las ya existentes. La primera supuso una pérdida de 1.726 millones en las retenciones del año y en la segunda el impacto negativo sobre los ingresos netos se valora en 1.677 millones. En cuanto al I IVA, la reducción de ingresos debida a las medidas se cifra en 3.097 millones, de ellos, 2.452 millones fueron producto de la rebaja de tipos en energía, alimentación básica y productos de higiene femenina y anticonceptivos.
Un análisis más desagregado de los ingresos desvela las notables diferencias entre el crecimiento del 10,1% que registraron los impuestos directos (IRPF, Impuesto sobre Sociedades, Impuesto sobre la Renta de No Residentes, impuestos medioambientales y otros poco significativos para el Estado) y el aumento del 1,7% en la recaudación por impuestos indirectos (incluidas la tasas y otros ingresos).
En lo que se refiere a las cuatro figuras principales, los ingresos por el IRPF crecieron un 9,9%. Se estima que la renta de los hogares aumentó a un ritmo similar (9%). Las principales causas del crecimiento fueron el aumento del empleo, las subidas salariales y de pensiones, y el incremento del tipo efectivo asociado a estas subidas. Todo ello favoreció un elevado incremento de las retenciones por rendimientos de trabajo que, no obstante, se vieron limitadas por la rebaja del impuesto a las rentas más bajas. Aunque su peso dentro del impuesto es menor que el de las anteriores retenciones, también se produjeron crecimientos significativos en las retenciones por rentas del capital mobiliario y en los pagos fraccionados de las empresas personales.
En el Impuesto sobre Sociedades la recaudación creció un 9%. Los beneficios de las Grandes Empresas y los grupos aumentaron en 2023 por encima del 15%, lo que se plasmó en un crecimiento del mismo orden en los pagos fraccionados, principal componente de los ingresos en esta figura. Parte del incremento se debió al cambio normativo que entró en vigor a comienzos de 2023 por el cual la base imponible de un grupo se calculó en 2023 sumando las bases imponibles positivas y el 50% de las bases imponibles negativas de las entidades integrantes del mismo. También la cuota positiva de la declaración anual, correspondiente a la liquidación del año 2022, experimentó un notable aumento, superior al 12%. Igual que en los pagos, hubo un cambio normativo que elevó los ingresos; en este caso el tipo mínimo del 15% que, aunque fue aprobado en los Presupuestos de 2022, tuvo su primera aplicación en la declaración de 2022 presentada en 2023. A pesar de estos dos elementos, el conjunto del impuesto creció tan solo un 9% como consecuencia del elevado importe de las devoluciones en 2023, la mayoría de ellas correspondientes al ejercicio 2021.
En los impuestos indirectos, la recaudación por el IVA creció un 1,6%. El gasto sujeto lo hizo un 7,1%. La diferencia se explica por el impacto de los distintos cambios normativos y de gestión (la rebaja de tipos en energía y alimentos básicos, la nueva regulación sobre aplazamientos y las devoluciones extraordinarias). Si se suman los ingresos no percibidos debido a estas medidas, el crecimiento de la recaudación sería del 5,3%, más en línea con la evolución del gasto, y más aún si se tiene en cuenta que las rebajas de tipos tienen un impacto inmediato en los ingresos brutos (que fueron virtualmente iguales a los de 2022), pero retardado en las devoluciones realizadas (disminuyeron un 3,8% cuando las solicitudes lo hicieron casi un 6%).
Los ingresos por Impuestos Especiales aumentaron un 2,6%, crecimiento que se produjo gracias al Impuesto sobre Envases de Plásticos No Reutilizables, nuevo en 2023. Eliminando los ingresos por este impuesto, la recaudación total por Impuestos Especiales hubiese sido un poco más baja que en 2022 (-58 millones). La principal figura en este grupo de impuestos, el Impuesto sobre Hidrocarburos, apenas creció (0,6%). El elevado precio de gasolinas y gasóleos en buena parte del año y la ralentización de la actividad económica lastró la evolución de estos ingresos. En el Impuesto sobre Labores del Tabaco los ingresos aumentaron un 0,5%. El año se distinguió por las significativas subidas de precios, las mayores heredadas del año anterior. En los impuestos sobre el alcohol la recaudación se redujo (-7,2%), en particular en las bebidas de mayor grado alcohólico. Los ingresos en el Impuesto sobre la Electricidad continuaron siendo marginales dada la extensión de la rebaja en el tipo del 5,11% al 0,5%, vigente desde mediados de septiembre de 2021.