2.2. Recaudación tributaria líquida

La recaudación tributaria líquida resulta de minorar de la recaudación tributaria bruta las devoluciones efectivamente pagadas en el ejercicio y los ajustes con los territorios forales. Responde, asimismo, a un criterio de caja, a diferencia de otros conceptos como los derechos reconocidos o los impuestos a efectos de Contabilidad Nacional.

En el año 2013 se recaudaron 168.847 millones de euros, lo que supone un incremento de un 0,2 por ciento respecto a 2012 (281 millones).

El resultado de 2013 está muy condicionado por el alto importe de las devoluciones realizadas, que crecieron un 15,1 por ciento y compensan gran parte del incremento de los ingresos brutos. Por ello, para tener una idea de la evolución subyacente de la recaudación hay que acudir a los ingresos (en términos homogéneos), que cancelan el efecto de los distintos calendarios de devolución en 2012 y 2013, además de eliminar el impacto de medidas normativas transitorias (como la Declaración Tributaria Especial o el Gravamen de revalorización de activos). Estos ingresos homogéneos crecieron en 2013 un 3,8 por ciento (1,9 por ciento en 2012) en la línea de una tendencia estable a lo largo del año.

Recaudación tributaria líquida total (millones de euros)

La combinación de ingresos brutos al alza y elevadas devoluciones ha sido un rasgo distintivo en buena parte del año y, especialmente, en los últimos meses en los que se ha acentuado el crecimiento de los ingresos brutos. El principal impulso de estos ingresos ha sido la aplicación de las medidas normativas que han supuesto, en 2013, un incremento de los ingresos cercano a los 11.900 millones (cuadro "Ajustes por impactos de cambios normativos"), un 7 por ciento de los ingresos netos del año. Pero, además de las medidas normativas, la evolución de los ingresos brutos también refleja la menor caída que han ido mostrando las bases imponibles según avanzaba el año.

Las bases imponibles de los principales impuestos crecieron, en el último trimestre de 2013, por encima del 4 por ciento, la primera tasa positiva desde mediados de 2010. El año se cerró con un descenso del 1,8 por ciento, tasa un punto superior a la del año anterior. Es el sexto año consecutivo con caídas en las bases imponibles agregadas de los principales impuestos; si bien, esta caída se produce, a diferencia de 2012, con un primer semestre con descensos en el entorno del 4 por ciento y una significativa mejora en la última parte del año. El mejor comportamiento de la segunda mitad del ejercicio se observa en todos los componentes: la renta bruta de las familias cae menos por la menor pérdida de empleo y la recuperación de la paga extra de los empleados públicos; los beneficios declarados de las sociedades presentan tasas positivas desde mitad de año; y el gasto sujeto a IVA, que comenzó el año con una fuerte contracción, se recupera en la segunda mitad del mismo gracias, principalmente, a la favorable evolución del consumo de los hogares.

En el siguiente cuadro se detalla el impacto de las medidas de consolidación fiscal, valorado en 11.897 millones de euros. El mayor efecto corresponde a la subida de tipos del IVA (8.050 millones). En segundo lugar, se sitúa la nueva fiscalidad medioambiental, con un impacto de 1.570 millones. En tercer lugar, el gravamen complementario del IRPF que aporta 1.381 millones. Por último, la aplicación de las novedades legislativas en el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos añaden 1.149 millones más.

Ajustes por impactos de cambios normativos (millones de euros)

Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

En lo que se refiere a la evolución de los ingresos de los principales tributos, en 2013, los ingresos netos por IRPF disminuyeron un 0,9 por ciento. Una vez corregidos los efectos de los distintos calendarios de devolución en 2012 y 2103, la caída de los ingresos fue tan solo un 0,2 por ciento y muestran una clara mejora en la segunda parte del año (en el primer semestre la caída fue del 3 por ciento y en el último trimestre se registró un aumento del 3 por ciento). Éste es el mismo perfil que muestran las rentas brutas de las familias. En el conjunto del año la caída de las rentas de las familias se sitúa en el 1,3 por ciento. En el primer semestre fue del 3,1 por ciento, y en el último trimestre, se registró un aumento del 2,9 por ciento gracias, fundamentalmente, a tres factores: la moderación en la pérdida del empleo, la recuperación de la paga extra por parte de los empleados públicos y la mejora de las rentas del capital.

 Impuesto sobre Sociedades

El Impuesto sobre Sociedades cayó un 7 por ciento en 2013. Esta es la figura impositiva donde mayor impacto ha tenido el distinto calendario de las devoluciones. En términos homogéneos, los ingresos disminuyen cuatro puntos. La novedad en 2013 es la aparición de tasas positivas en los beneficios declarados por las Grandes Empresas y grupos fiscales en el segundo y tercer pago a cuenta. Hay que recordar que el año 2012 se había cerrado con un fuerte descenso de los resultados, en particular en los grupos fiscales. Parte de esa caída estaba provocada por el sector financiero, en pleno proceso de saneamiento. Ahora algunas de esas entidades financieras que en 2012 daban fuertes pérdidas han empezado a declarar beneficios.

En lo que se refiere a la recaudación del impuesto, destacan el elevado crecimiento de los pagos fraccionados y el fuerte descenso en la cuota diferencial. En el primer caso, la mayor parte del incremento es imputable a las nuevas medidas fiscales (limitación en la deducibilidad de los gastos de amortización y cambio en el tratamiento de las pérdidas en las empresas participadas). Una estimación provisional indica que, en ausencia de cambios normativos, la base imponible de Grandes Empresas y grupos fiscales (que creció hasta el tercer pago a cuenta un 28,5 por ciento) lo habría hecho 22 puntos menos, y que, los pagos, en lugar de aumentar el 26,3 por ciento, se habrían incrementado alrededor del 2,5 por ciento.

 Impuesto sobre el Valor Añadido

Los ingresos por IVA crecieron un 2,9 por ciento, que se eleva al 10,1 por ciento al corregir el calendario de devoluciones. El perfil trimestral de los ingresos homogéneos explica bien cuál ha sido la trayectoria del impuesto en 2013, marcada por la subida de tipos de septiembre de 2012 y la fuerte contracción del gasto a comienzos de año. Así, los tres primeros trimestres tuvieron un intenso crecimiento de los ingresos como consecuencia de la subida de tipos (en promedio el tipo ha aumentado por encima del 20 por ciento). En el primer trimestre el incremento fue moderado, en relación con la marcha posterior, por la caída del gasto a causa del impacto negativo que tuvieron en esos meses tanto el descenso de las rentas de las familias como la propia subida del impuesto. Desde ese mínimo del primer trimestre el gasto se fue recuperando y en el cuarto trimestre, que ya se compara con un período con los nuevos tipos, los ingresos moderaron su crecimiento aunque menos de lo que subieron los nuevos tipos. Este hecho indica una rápida recuperación del gasto.

 Impuestos Especiales

La recaudación por Impuestos Especiales se incrementó en 2013 un 4,7 por ciento, con una ejecución muy dispar por figuras. De hecho, el crecimiento se produce por dos impuestos, Hidrocarburos y Carbón, afectados por cambios normativos (biocarburantes y fiscalidad medioambiental) y de gestión (el primero incluye desde este año el antiguo Impuesto de Ventas Minoristas de Hidrocarburos). En ausencia de estos y otros cambios (tabaco, alcohol) el resultado habría sido un descenso de los ingresos. No obstante, las bases de algunos de los impuestos han ido mejorando en el transcurso del año. En el Impuesto sobre Hidrocarburos, por ejemplo, el consumo de gasolinas y gasóleos ha mantenido a lo largo del año una senda alcista, con alguna tasa positiva (septiembre) y con práctica estabilidad en los últimos meses del año. En el Impuesto sobre la Electricidad también se aprecia la mejora en los consumos (con crecimiento en los dos últimos meses), aunque este efecto no se haya traducido en un aumento de los ingresos, debido a la reducción de las tarifas a mitad de año y a la comparación con un período con una elevada recaudación derivada de la ejecución de una sentencia del Tribunal Supremo.