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Ejercicio 2019

Los impuestos devengados y los ingresos tributarios

Los impuestos devengados en 2019 crecieron un 4,5%, tanto en el total (Cuadro 1.4) como en las principales figuras (Cuadro 1.3). Esta tasa supone una desaceleración con respecto a 2018 consecuencia, como se ha analizado, de la ralentización en el crecimiento de las bases. Los ingresos tributarios crecieron tan solo un 2%. La diferencia, que en el Gráfico 1.17 que acompaña esta parte se refleja en el paso de devengo a caja, se produce, fundamentalmente, por la existencia de devoluciones extraordinarias por un importe superior a los 2.300 millones, devoluciones que se realizaron en 2019, pero que eran ajenas a la evolución de bases e impuestos.

El IRPF devengado creció en 2019 un 6,1%, un punto menos (5,1%) sin la cuota diferencial ni las deducciones familiares (Cuadro 2.1). El aumento es superior al de la base imponible por el crecimiento del tipo que, como se ha visto, se debe al crecimiento de rentas no sujetas a retención.

Las retenciones sobre las rentas del trabajo, que son el principal componente del impuesto, crecieron un 5,4%, 1,2 puntos menos que en 2018. Las retenciones procedentes de los salarios aumentaron un 5,1%, en tanto que las ligadas a las pensiones lo hicieron un 7% (Cuadro 2.3). La desaceleración en la parte salarial fue más intensa que en el conjunto (en 2018 las retenciones crecieron al 6,6%) por la evolución en el sector privado y, en concreto, por el menor ritmo en la creación de empleo. En los salarios públicos y en las pensiones, en cambio, el crecimiento fue mayor que en 2018. En el primer caso las retenciones se beneficiaron tanto de las subidas salariales como del aumento de los tipos medios que conllevó esa subida, resultando un incremento del impuesto devengado del 7,6% frente al 5% del año anterior. En el segundo la situación fue muy parecida a la de 2018 (con subidas similares en la pensión media y en el tipo efectivo), aunque el crecimiento final fue ligeramente superior (en 2018 las retenciones crecieron un 6,5%).

En 2019 los ingresos por IRPF ascendieron a 86.892 millones, un 4,9% por encima de lo recaudado en 2018. El escaso crecimiento de los ingresos respecto al IRPF devengado se debe a la realización de las devoluciones que generó la sentencia 1462/2018 del Tribunal Supremo, de 3 de octubre de 2018, al declarar exentas del impuesto las rentas percibidas en concepto de prestación por maternidad y paternidad. La sentencia supuso la devolución del impuesto pagado por estas rentas en los ejercicios no prescritos. Las devoluciones correspondientes a los ejercicios 2014-2017 comenzaron a pagarse en diciembre de 2018 y continuaron a lo largo de 2019, aunque nada tuvieran que ver con las rentas generadas y el impuesto devengado en esos dos años. Si se suma el importe devuelto en 2019 (1.046 millones; Cuadro 1.5) a los ingresos, el crecimiento de estos hubiese sido del 6,1%, el mismo aumento que se estima para el IRPF devengado.

El Impuesto sobre Sociedades devengado creció un 0,8% en 2019 (Cuadro 3.1). Sin tener en cuenta la cuota diferencial prevista para 2019 (que se conocerá en la segunda mitad de este año) el impuesto disminuyó un 5,2%. La diferencia entre una y otra medida se debe a la evolución de los pagos fraccionados, principal componente del impuesto, que cayeron un 6,7%, descenso cuya causa se encuentra en el elevado importe que tuvieron estos pagos en 2018 gracias al comportamiento de los cinco grandes grupos citados al hablar de las bases.

Los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades alcanzaron la cifra de 23.733 millones, un 4,4% menos que en 2018. Al igual que sucedió en el IRPF, en 2019 se realizaron devoluciones extraordinarias, en este caso por un importe superior a los 1.200 millones (Cuadro 1.5), derivadas bien de sentencias, bien de diferentes abonos por conversión de activos por impuesto diferido (los conocidos como DTA), y, por tanto, sin ningún vínculo con los determinantes del impuesto en 2019. Sin ellas, la recaudación habría aumentado un 0,4%, cifra más coherente con el devengo.

Aparte de estas devoluciones extraordinarias, los ingresos de caja en 2019 se caracterizaron por la disminución de los pagos fraccionados ya mencionada y por dos elementos que compensan esta caída: los buenos resultados de la cuota positiva de la declaración anual (correspondiente a 2018 y que creció un 10%) y por el menor importe de las devoluciones realizadas (544 millones menos, -6%).

En 2019 el IVA devengado creció lo mismo que el gasto sujeto, un 3,4% (Cuadro 4.1). Como se ha visto, las modificaciones normativas fueron mínimas y su impacto en el tipo medio insignificante.

Los ingresos de caja en el IVA ascendieron a 71.538 millones, un 1,9% más que en 2018 (Cuadro 4.2). El IVA bruto creció un 3,6%, pero su impacto sobre el total de ingresos netos se vio limitado por el aumento de las devoluciones realizadas (8,2%), que se explica por los fuertes incrementos que tuvieron las solicitudes mensuales en los primeros meses del año y por el mayor ritmo de realización respecto al año pasado.

Los Impuestos Especiales devengados crecieron un 5,5% en 2019 (1,9% en 2018; Cuadro 5.1), pero todo el incremento fue consecuencia de la integración de la antigua tarifa autonómica en la tarifa especial del Impuesto sobre Hidrocarburos. Sin este cambio en la forma de ingresar esta parte del impuesto y eliminando también el impacto del RDL 15/2018 (que declaró exento el consumo de gas natural, gasóleo y fuelóleo utilizado en la producción de energía eléctrica), los impuestos devengados por Impuestos Especiales habrían disminuido un 1%. El Impuesto sobre Hidrocarburos creció un 12,5% (Cuadro 5.5), pero sin cambios normativos ni de gestión habría crecido apenas un 0,3%. Ya se ha comentado el magro crecimiento de los principales consumos (gasolinas y gasóleos), pero a ello hay que unir la caída en los consumos de gas natural (aparte del impacto ya comentado del RDL 15/2018). El Impuesto sobre Labores del Tabaco devengado cayó un 1,4% frente al aumento del 2,4% en 2018 (Cuadro 5.6). Los consumos totales disminuyeron un 1% (los cigarrillos, el principal consumo, lo hicieron más, pero el descenso fue contrarrestado parcialmente por el aumento del resto de las labores). Los ingresos devengados por el Impuesto sobre la Electricidad se mantuvieron prácticamente estables con respecto a 2018 (+0,1%; Cuadro 5.7), gracias a las menores reducciones a los grandes consumidores que compensaron el descenso del consumo y el moderado incremento de los precios. En los impuestos sobre el alcohol, los impuestos devengados se incrementaron un 2%, con mayor crecimiento en Cerveza que en Alcohol y bebidas derivadas (Cuadros 5.2 y 5.3). La nota más negativa la aportó el Impuesto sobre el Carbón que disminuyó en 2019 un 68% (Cuadro 5.8). La causa inmediata fue la aplicación del RDL 15/2018 que, al hacer más atractivo el uso del gas natural para la generación de electricidad, impactó muy negativamente en el consumo de carbón con ese fin. A medio y largo plazo la decisión de los grandes productores de ir abandonando esta materia prima como fuente de energía provocará que los ingresos en esta figura acaben siendo testimoniales.

Los ingresos por Impuestos Especiales se elevaron hasta los 21.380 millones, con un incremento del 4,1% respecto a 2018. Los ingresos sin ningún cambio normativo habrían descendido un 0,8%, tasa similar a la registrada en el impuesto devengado.

Los otros impuestos distintos de las cuatro figuras tributarias principales analizadas contribuyeron a los ingresos con 9.265 millones, cifra que supuso casi un 10% menos que en 2018 (-1.019 millones). El descenso se explica, fundamentalmente, por dos impuestos: los impuestos medioambientales y el Impuesto sobre la Renta de No Residentes. En el primer caso la mayor parte del retroceso (-852 millones) tiene su origen en la supresión temporal del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica en dos trimestres (cuarto trimestre de 2018 y primero de 2019), medida contemplada en el RDL 15/2018; en el segundo la caída se debió a los altos ingresos que se contabilizaron en 2018 en la declaración anual del impuesto (Cuadro 6.1). También se registraron pérdidas en los Otros ingresos del Capítulo I de impuestos directos (-161 millones, en su mayoría por la existencia de devoluciones extraordinarias en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones derivadas de sentencias judiciales), en los Otros ingresos del Capítulo III (-149 millones) y en el Impuesto sobre Gases Fluorados de Efecto Invernadero (-29 millones, casi todos por la rebaja de tipos que comenzó en septiembre de 2018). Por el contrario, aumentaron los ingresos de forma significativa (50,1%, 341 millones) en las Tasas (Cuadro 6.6), gracias al Canon por el aprovechamiento de aguas continentales para la producción de energía eléctrica (que había tenido un bajo rendimiento en 2018 a causa de la sequía de 2017; el canon se liquida al año siguiente) y las Tasas Radioeléctrica y de Telecomunicaciones (la primera por un ingreso extraordinario y las segundas por el retraso en la realización de las devoluciones).