Sarrera
Los ingresos tributarios sumaron un total de 255.463 millones de euros, lo que significó un incremento del 14,4% respecto a la cifra registrada en 2021.
El crecimiento fue próximo al que experimentó la recaudación en 2021 (15,1%), pero mientras que en ese año la comparación se realizaba frente a un año afectado plenamente por la pandemia, en 2022 se realiza frente a un ejercicio en el que, sin haberse recobrado completamente la normalidad, ya se habían superado en un 5% los ingresos de 2019, el año anterior a la crisis del COVID.
El aumento de las bases imponibles, y, en particular, del gasto en consumo, de las rentas del trabajo (salarios y pensiones) y de los beneficios empresariales, fue la principal razón del crecimiento de los ingresos. A eso hay que añadir la aportación de la recaudación procedente de las declaraciones anuales correspondientes al ejercicio 2021. El incremento se produjo además en un año en el que el impacto de las medidas normativas y de gestión (sobre todo las dirigidas a frenar el ascenso del precio de la electricidad) fue grande: el coste fue de 7.200 millones. Asimismo, en el tramo final del año se agilizó el ritmo de realización de las devoluciones. Estos dos elementos restaron alrededor de 3,2 puntos al crecimiento de los ingresos.
Parte del aumento de la recaudación tuvo que ver con las subidas de los precios que se empezaron a observar con intensidad a partir de la segunda mitad de 2021 y se prolongaron todo el año 2022. Pero ese incremento de precios no fue el motivo principal del crecimiento de los ingresos. Se estima que menos de 5 puntos de ese aumento se debió a una inflación superior a la de los años anteriores, a pesar de que el IPC (referencia habitual, aunque no necesariamente la más adecuada cuando se trata de la recaudación) creciera, en media del año, un 8,4%. En este sentido hay que tener en cuenta que el IPC solo afecta directamente a una parte de los ingresos por IVA que, corregidos de medidas y del adelanto de las devoluciones, crecieron más del doble que los precios. Además, las subidas de los precios de la electricidad (que explicaron alrededor de un punto del aumento del IPC) no se trasladaron a los ingresos por la rebaja del tipo (en la primera mitad al 10% y en la segunda al 5%). Por otro lado, en los ingresos relacionados con las rentas las subidas de precios se suelen manifestar con retraso; así, los incrementos de salarios y pensiones en 2022 reflejaron más las subidas de los precios del año anterior que los de ese año. En otras figuras en las que el impuesto grava los consumos físicos, como es el caso del Impuesto sobre Hidrocarburos, el efecto de los elevados precios se notó en sentido contrario, reduciendo los ingresos.
Analizando el detalle de los cuatro grandes impuestos, los ingresos por el IRPF crecieron un 15,8%, es decir casi la mitad del crecimiento de los ingresos totales procedieron de esta figura. Detrás de ese aumento se encuentra el incremento de las rentas del trabajo y de su tipo efectivo, los buenos resultados de la declaración anual de 2021 presentada a finales de junio de 2022 y la positiva evolución de los beneficios de las empresas personales. Los ingresos en el Impuesto sobre Sociedades crecieron un 20,8% como consecuencia del expansivo comportamiento de los beneficios tanto en 2022 como en 2021. Los primeros se concretaron en un fuerte aumento de los pagos fraccionados (17,7%) y los segundos en el considerable crecimiento (41,7%) de los ingresos de la declaración anual, en su mayoría procedentes de la declaración de 2021 presentada a partir de julio de 2022. En el IVA los ingresos crecieron un 13,9%. El crecimiento sería del 16% si se añade la recaudación perdida por las medidas sobre los consumos energéticos y del 19,4% si además se corrige el impacto negativo que tuvo sobre los ingresos la agilización en la realización de las devoluciones que se produjo en la última parte del año. Las tasas son muy superiores al incremento de los precios en el mismo período, lo que da idea de la intensa recuperación del consumo. Los Impuestos Especiales crecieron en conjunto un 2,5%. Hay que recordar que estos impuestos fueron, dentro de las grandes figuras, los únicos que en 2021 no lograron recuperar el nivel de 2019. Tampoco en 2022 lo consiguieron, aunque si el cálculo se hace sin contar con el Impuesto sobre la Electricidad, afectado por las medidas para reducir el precio de la electricidad, entonces los ingresos superan ligeramente a los de 2019. El origen de tan magro resultado estuvo en el flojo desempeño del Impuesto sobre Hidrocarburos.