• La droga había sido introducida entre la mercancía legal mediante la modalidad de ‘gancho ciego’

• La carga de café que transportaba el contenedor, procedente de Costa Rica, es comúnmente utilizada por las organizaciones para ocultar la cocaína, dada la dificultad de su manipulación

4 de marzo de 2024.- Funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y agentes de la Guardia Civil han intervenido en el puerto de Barcelona 419 kilos de cocaína que se encontraba en un contenedor con café procedente de Costa Rica.

El contenedor había sido seleccionado para su revisión en el escáner por parte de la Unidad de Análisis de Riesgo de la Aduana de Barcelona. De acuerdo con la información declarada, la carga legal consistía en 275 bultos de unos 70 kilos de café cada uno, sin paletizar, sumando un total de más de 19.000 kilos.

El almacenaje del café en sacos en los contenedores, y sin organización en palés, es un método que habitualmente utilizan las organizaciones para ocultar envíos de cocaína, ya que su manipulación es más complicada.

Al pasar por el escáner, se comprobó que, entre los primeros sacos de café, y próximos a la puerta, se podían apreciar unos bultos sospechosos, por lo que funcionarios de Vigilancia Aduanera y Guardia Civil que trabajan de forma conjunta tanto en la Unidad de Análisis de Riesgo como en el escáner de contenedores, procedieron al seguimiento de la mercancía hasta un almacén de logística donde se descargan los contenedores con café y cacao.

A la llegada al almacén logístico, se abrieron las puertas del contenedor, e inmediatamente se vio que encima de los sacos de café aparecían unos bultos de color rojo y negro que, al ser descargados, se pudo comprobar que contenían 361 pastillas de cocaína retractiladas, con un peso de 419 kilos.

Esta modalidad de contrabando, donde nada más realizarse la apertura del contenedor aparecen mochilas o fardos con cocaína entre la carga legal, sin estar escondidas, se conoce como ‘gancho ciego’ o ‘rip off’.

De acuerdo con esta técnica, un tercero que forma parte de la organización narcotraficante y que no está involucrado en el envío legal, consigue llegar hasta el contenedor, introducir la cocaína y cerrarlo, de manera que, cuando ese contenedor llega a otro puerto, otras personas de la organización lo abren, retiran la droga y vuelven a cerrarlo.

Para que la operación sea rápida y corran menos riesgo, en esta metodología la cocaína se suele colocar cerca de la puerta, y en ocasiones la organización cuenta con el apoyo de operadores que tienen acceso a las zonas restringidas de los puertos para mover, cargar y descargar la mercancía de los contenedores.