3.2. Recaudación tributaria líquida
La recaudación tributaria líquida resulta de minorar la recaudación tributaria bruta en las devoluciones efectivamente pagadas en el ejercicio y los ajustes con los territorios forales. Responde, asimismo, a un criterio de caja, a diferencia de otros conceptos como los derechos reconocidos o los impuestos a efectos de Contabilidad Nacional.
En el año 2014, se recaudaron 174.987 millones de euros, lo que supone un incremento de un 3,6 por ciento respecto a 2013 (6.140 millones). En términos homogéneos (es decir, corrigiendo, entre otros elementos, el distinto grado de ejecución de las devoluciones en 2013 y 2014), los ingresos registraron el mismo crecimiento, un 3,6 por ciento.
Asimismo, en el Cuadro nº 14 y en el Gráfico nº 15 del Anexo, se desarrolla esta información.
Cuadro nº 14. Recaudación tributaria líquida totalGráfico nº 15. Evolución de la recaudación tributaria gestionada por la Agencia TributariaA diferencia de años anteriores en los que el protagonismo recaía en los ingresos derivados de los cambios normativos, en 2014, la causa principal del crecimiento de los ingresos fue el aumento de las bases imponibles, tras seis años consecutivos de caídas. La recuperación de las bases comenzó en el segundo semestre de 2013 y se consolidó a lo largo de 2014 gracias a la mejora de las rentas de las familias y del consumo. En el caso de las rentas de las familias, se registraron tasas positivas desde el segundo trimestre de 2014 como consecuencia de la creación de empleo, del aumento de las rentas de los empresarios individuales, del sostenido crecimiento de la masa de pensiones y del incremento de las ganancias patrimoniales. En sentido negativo, destaca el mal comportamiento de las rentas del capital mobiliario.
En lo que se refiere al gasto, la mejoría se vio reflejada en un fuerte aumento del gasto final sujeto a IVA y en la paulatina recuperación del consumo energético, sobre todo el de gasolinas y gasóleo de automoción, aunque en este caso la positiva evolución de los consumos físicos no se trasladase con igual intensidad a la base imponible agregada por el descenso de los precios. Por último, la base imponible del Impuesto sobre Sociedades creció por tercer año consecutivo, aunque hay que recordar que en 2012 y 2013 el crecimiento se produjo fundamentalmente por las medidas normativas destinadas a ensanchar la base del impuesto, mientras que en 2014 el aumento de la base lo determinó la positiva evolución de los beneficios.
Esta mejor evolución de las bases imponibles se ha traducido en un incremento de los ingresos en todas las grandes figuras impositivas, con la única excepción del Impuesto sobre Sociedades. El mayor crecimiento se registró en el IVA (8,2 por ciento) vinculado al aumento del gasto sujeto al impuesto y a las menores devoluciones solicitadas, sobre todo las correspondientes al ejercicio 2013. También las mayores devoluciones explican los resultados de otros impuestos como el de Sociedades (los ingresos brutos crecieron un 1,9 por ciento, pero el elevado volumen de devoluciones solicitadas y la agilización de su realización hicieron que los ingresos netos descendieran), el de Hidrocarburos (la devolución del céntimo sanitario explica la disminución de la recaudación a pesar del aumento de los ingresos brutos en un 1 por ciento) y el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (en términos brutos creció un 11,6 por ciento, pero tan solo un 0,2 por ciento en términos netos).
En el Gráfico nº 16. Evolución de los ingresos tributarios y de la base imponible agregada (Anexo), se muestran datos que completan la información.
Gráfico nº 16. Evolución de los ingresos tributarios y base imponible agregada (Anexo)