3.2.4. Evolución de ingresos por Impuestos Especiales
Los ingresos por Impuestos Especiales registraron un crecimiento del 3,8 por ciento en 2016. La mayor parte del crecimiento es consecuencia de las menores devoluciones que se realizaron por el denominado céntimo sanitario, que en 2016 se redujeron un 70%.
La figura con mayor peso, el Impuesto de Hidrocarburos, creció (sin contar las devoluciones del céntimo sanitario) un 2,7 por ciento. Es una cifra inferior a la de 2015, aunque los principales productos ligados a la actividad y el consumo (gasolinas y gasóleo de automoción) tuvieron un comportamiento parecido al del año anterior. Por el contrario, otros productos dependientes bien de la producción de otras energías (gas natural), bien de las temperaturas (gasóleo de calefacción), experimentaron una evolución negativa en 2016. En el resto de las figuras, el Impuesto sobre Labores del Tabaco cerró el año con un ligero crecimiento producido por el adelantamiento de compras por parte de los distribuidores en vísperas de la subida de precios de comienzos de diciembre. Sin este efecto, los ingresos serían prácticamente los mismos que en 2015. En el Impuesto de la Electricidad el año finalizó con una significativa caída del 6,8 por ciento provocada por la fuerte disminución de los precios en la mayor parte del año. En los Impuestos sobre Alcohol y Bebidas Derivadas y Cerveza, el crecimiento fue moderado (en conjunto un 1,5 por ciento). Finalmente, los ingresos en el Impuesto sobre el Carbón disminuyeron un 25,8 por ciento. El producto que se grava en este impuesto es el carbón utilizado en la generación de energía eléctrica y los ingresos dependen, por tanto, de las decisiones en ese ámbito. Al igual que sucedió con el gas natural, en 2016 la utilización de estos productos fue mucho menos intensa que en 2015 y de ahí la pérdida de ingresos.