3.2.1. Evolución de ingresos por Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
Los ingresos por IRPF ascendieron a 109.485 millones de euros y crecieron un 15,8% en 2022. Los tres factores que definieron el crecimiento de los ingresos fueron el aumento de las rentas del trabajo (salarios y pensiones) y de su tipo efectivo, los buenos resultados de la declaración anual y el incremento de los beneficios de las empresas personales. Los ingresos generados por estos tres elementos (las retenciones del trabajo, la cuota positiva de la declaración anual y los pagos fraccionados de las empresas personales) explican prácticamente todo el aumento de los ingresos en 2022.
Los ingresos por retenciones del trabajo y actividades económicas, que son el principal componente del impuesto, crecieron un 12,6% en 2022. El crecimiento se fue moderando desde los máximos algo superiores al 13% de la primera parte del año, sobre todo por la evolución de las retenciones en el sector privado. En el público, en cambio, la tónica a lo largo del año fue de estabilidad con un repunte al final del mismo cuando se recibió la paga de compensación por la subida de precios. Las causas del crecimiento fueron la creación de empleo (muy intensa en la mayor parte del año, en particular en la primera mitad), el aumento de salarios y pensiones medios y la subida del tipo efectivo de retención derivado de ese aumento.
En el sector privado el crecimiento de las retenciones fue del 12,9%. La tendencia, como se ha dicho, fue de progresiva moderación según avanzaba el año (el aumento en el primer semestre había sido del 13,8%), en sintonía con la evolución del empleo. Las retribuciones medias, a diferencia de lo que había ocurrido en los últimos años, subieron por encima del 3% en el conjunto del año (con intensidad creciente a lo largo de los meses) y, a resultas de este incremento, también subió el tipo efectivo. Por tipo de contribuyente, en las Grandes Empresas los ingresos crecieron un 10,7%, unos 7 puntos debidos al aumento del salario medio y del tipo efectivo y el resto atribuible al empleo. En las pymes el crecimiento de los ingresos (17,3%) fue mayor que en las Grandes Empresas por las elevadas tasas de la primera parte del año, periodo que se comparaba con trimestres afectados por las restricciones a determinadas actividades más propias de las pequeñas empresas. El crecimiento en unas y otras empresas fue convergiendo, aunque las pymes siguieron creciendo más (13,6% en el tercer trimestre) por el mayor dinamismo del empleo (la aportación del salario y tipo fueron similares en ambos tipos de empresa).
En contraste con el sector privado, en las administraciones públicas la evolución fue estable todo el año salvo dos alteraciones: la de febrero por la paga a los pensionistas en compensación por la desviación de precios en 2021, y la de los últimos meses por la subida adicional del 1,5% en los salarios públicos. El crecimiento en el año se cifra en el 11,7%. Las retenciones procedentes de las pensiones públicas crecieron desde marzo en el entorno del 17%, unos 10 puntos por la subida del tipo efectivo (3 puntos producto de la incorporación de los nuevos pensionistas), cinco puntos y medio por el incremento de la pensión media y algo más de un punto por el crecimiento de la población pensionista. Por su parte, las retenciones ligadas a los salarios públicos crecieron alrededor del 6% (hasta noviembre el aumento era de poco más del 5%), resultado, principalmente, de la subida de salario medio y tipo efectivo.
El segundo factor explicativo del crecimiento de la recaudación fueron los ingresos derivados de la declaración anual. Estos ingresos crecieron un 25,4%, un 26,8% en el caso de las declaraciones correspondientes al ejercicio 2021, que son la mayoría de las presentadas en 2022. Las causas principales detrás de este buen resultado fueron las medidas normativas (subida de tipos en la base del ahorro y modificación de los límites en las aportaciones a planes de pensiones, además del fin de otras medidas que habían reducido el impuesto en 2020) y, sobre todo, el intenso crecimiento de las rentas no sujetas por completo a retenciones o pagos a cuenta (sobre todo las procedentes de las actividades económicas y de ganancias patrimoniales). La otra cara de la declaración anual, las devoluciones, apenas cambiaron (-1,6%) respecto al año anterior y solo aportaron un par de décimas al incremento de los ingresos netos.
El tercer factor que influyó de forma destacada en el aumento de los ingresos por IRPF en 2022 fueron los beneficios de las empresas personales que impulsaron el crecimiento de los pagos fraccionados hasta el 21,7%. Hay algunas razones que matizan el dato anterior, como el hecho de que las altas tasas de la primera parte del año se debieran, en parte, a la comparación frente a trimestres de 2021 con un ritmo de actividad todavía débil por las restricciones; en este sentido, los resultados en la última declaración ingresada (la del tercer trimestre) fueron inferiores a los de la primera mitad del año (crecieron un 12,7%). Además, en 2021 los ingresos también estaban afectados por algunas medidas normativas destinadas a suavizar el impacto de la baja actividad en los rendimientos de estas empresas. Sin embargo, aun con todas estas salvedades, lo cierto es que el nivel de los pagos en 2022 fue un 28,5% superior al que se registraba en 2019.
En el resto de componentes del impuesto, hay que subrayar tres elementos: el crecimiento sostenido de las retenciones por rentas de capital mobiliario, la recuperación de las retenciones ligadas a arrendamientos, y el descenso, aun manteniendo niveles muy elevados, de las ganancias patrimoniales derivadas de fondos de inversión. Las retenciones de capital mobiliario aumentaron en 2022 un 9,5%. Su evolución a lo largo del año fue muy irregular, pero con resultados ligeramente superiores a los de 2021. La mejora vino de la mano de los dividendos, aunque se empezó a notar, muy marginalmente, la subida de los tipos de interés. Por su parte, las retenciones procedentes de rentas de arrendamientos crecieron un 11,3%, tras dos años de descensos. El notable crecimiento en 2022 permite que el nivel sea algo superior al que tenían estos ingresos en 2019. Por último, las retenciones por ganancias en fondos de inversión cayeron un 10,8%, pero hay que recordar que venían del máximo histórico que alcanzaron el año pasado, de manera que, incluso habiendo perdido ingresos en 2022, su nivel en el conjunto del año continúa entre los más altos desde la creación de esta figura en 1999.