Plan Estratégico 2020 - 2023
Este 2022 se cumplen 30 años de la constitución de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (Agencia Tributaria). Tratar de imaginar el camino a seguir en los próximos 30 años no sólo es complejo, sino que no parece adecuado, ya que las prioridades, los retos, las oportunidades y las necesidades de la Agencia Tributaria dependen de factores muy variables, como el entorno económico –nacional e internacional–, los modelos de negocio o los avances tecnológicos. Sin embargo, sí es posible realizar una planificación para un período de tiempo más razonable. A este fin responde el Plan Estratégico de la Agencia Tributaria 2020-2023.
Presentado en enero de 2020, el Plan Estratégico establece para la Agencia Tributaria sus objetivos prioritarios, las líneas de actuación parar lograrlos y siete indicadores plurianuales para medir sus resultados a medio plazo. Esta planificación estratégica sirve como instrumento de gestión y, al mismo tiempo, permite obtener una visión clara de qué se quiere lograr y cómo. Por ello, aunque es un documento elaborado por la Agencia Tributaria para la propia organización, se publicó para su acceso y consulta libre, porque el Plan Estratégico también pretende impulsar la transparencia, gobernabilidad y rendición de cuentas de la Agencia Tributaria.
El Plan Estratégico se estructura en torno a un objetivo que vertebra toda la planificación: la mejora del cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias. Este objetivo estratégico es consecuencia directa de la tarea que tiene encomendada la Agencia Tributaria, la aplicación efectiva del sistema tributario estatal y del aduanero.
El compromiso de la Agencia Tributaria es garantizar que esta aplicación del sistema tributario estatal y del aduanero se hace de manera objetiva y con equidad y, para ello, el Plan Estratégico establece otros objetivos, entre los que podemos destacar dar un tratamiento justo a todos los contribuyentes, sin privilegios de ningún tipo; colaborar con los contribuyentes y asistirles para mejorar su cumplimiento, en particular, a aquellos con menos recursos; reducir la litigiosidad logrando mayor seguridad jurídica y combatir el fraude fiscal, en especial de aquellos que cuentan con recursos y medios para tratar de evitar el pago.
Para el establecimiento de estos objetivos y las líneas de actuación, se evaluaron los factores externos e internos que condicionan la actividad de la Agencia Tributaria. Por eso los apartados segundo, tercero y cuarto del Plan Estratégico se dedica al examen del entorno económico nacional e internacional y del entorno de desarrollo de la actividad de la Agencia Tributaria –percepción social del fraude fiscal, su medición y evolución del cumplimiento voluntario–, de los medios humanos y materiales y de los servicios transversales de la propia Agencia Tributaria. En esta línea, el apartado quinto se dedica a la infraestructura ética y buena gobernanza, reiterando el deber de la Agencia Tributaria de que su actuación continúe guiándose por los valores que integran el código ético del empleado público, como la objetividad, la integridad o la responsabilidad. Para ir más allá de la regulación existente y mostrar su compromiso se prevé la aprobación de un código de principios y conductas propio de la Agencia Tributaria, de un protocolo de denuncias de malas praxis y la creación de una Comisión Consultiva de Ética (creada en 2021), que servirá de apoyo a los funcionarios para la aplicación práctica en cada caso de los principios marcados en el código de conducta.
A continuación, el Plan Estratégico dedica los apartados sexto, séptimo y octavo a desarrollar los indicadores estratégicos que permitirán medir a medio plazo el logro de los objetivos perseguidos, los ejes vertebradores de la actuación de la Agencia Tributaria para el período 2020-2023 y el proceso de aplicación de lo previsto en el Plan Estratégico al día a día de la Agencia Tributaria, teniendo en cuenta a los contribuyentes, las acciones y los procedimientos desarrollados.
La actuación de la Agencia Tributaria se dirige, principalmente, a la prevención del fraude tributario y del aduanero, mediante actuaciones de asistencia y preventivas. Por ejemplo, avanzando a un nuevo modelo de asistencia digital, con asistentes virtuales y las denominadas "Administraciones de asistencia Digital Integral" (ADI), puesta a disposición de más datos fiscales, impulsando las buenas prácticas en la relación cooperativa o la prevención del fraude recaudatorio. Estas actuaciones se completan con el control del fraude tributario y aduanero, consistente en actuaciones de comprobación e investigación, por ejemplo, mediante el desarrollo de herramientas informáticas que faciliten el análisis y detección de riesgos relacionados con grupos fiscales, titularidad de grandes patrimonios, planificaciones fiscales agresivas u ocultaciones de actividad, así como la lucha contra la economía sumergida con la normalización de sistemas informáticos empresariales y la prohibición de uso de los software de manipulación y supresión de ventas (o de doble uso).
Finalmente, el apartado noveno explica cómo las líneas estratégicas de esta planificación se concretarán anualmente a través del Plan Anual de Control Tributario y Aduanero y el Plan Anual de Objetivos, cuyos resultados en el ejercicio 2021 se recogen en esta newsletter.