3.2. Recaudación tributaria líquida
La recaudación tributaria líquida resulta de minorar de la recaudación tributaria bruta las devoluciones efectivamente pagadas en el ejercicio y los ajustes con los territorios forales. Responde, asimismo, a un criterio de caja, a diferencia de otros conceptos como los derechos reconocidos o los impuestos a efectos de Contabilidad Nacional.
En el año 2015 se ingresaron 182.009 millones de euros, un 4 por ciento más (7.021 millones) de lo recaudado en 2014. En términos homogéneos (es decir, corrigiendo, entre otros elementos, el distinto grado de ejecución de las devoluciones en ambos años, las devoluciones del céntimo sanitario y los aplazamientos de los entes públicos), los ingresos crecieron un 4,4 por ciento. En los siguientes apartados del Anexo se desarrolla esta información:
Cuadro nº 13. Recaudación tributaria líquida total (Anexo)Gráfico nº 14. Evolución de la recaudación tributaria gestionada por la Agencia Tributaria (Anexo)Como se ha señalado, hay dos factores que explican el crecimiento: la evolución de las bases imponibles y el aumento de los ingresos ligados a liquidaciones de períodos anteriores. Las bases imponibles de los principales impuestos crecieron un 3,6 por ciento, frente al 2,5 por ciento del año anterior, que hay que recordar fue la primera tasa positiva tras seis años consecutivos de caídas. En este sentido el año 2015 fue una continuación de la tendencia creciente que comenzó a finales de 2013, con la diferencia de que mientras a lo largo de 2014 se pudo apreciar una cierta pauta alcista, en 2015 el comportamiento fue relativamente estable alrededor del valor medio anual. El mayor crecimiento de 2015 se debió principalmente a la mejora de las rentas brutas de los hogares y, en concreto, al crecimiento del empleo, a la ligera subida del salario medio (incluso sin tener en cuenta la recuperación parcial de la paga extra de 2012 por parte de los empleados públicos) y al fuerte aumento de las rentas de los empresarios personales, elemento éste indicativo del dinamismo de las pequeñas empresas, otro de los rasgos destacables del año. En lo que se refiere a los beneficios de las sociedades, volvieron a crecer por encima del 20 por ciento, aunque la base consolidada del Impuesto de Sociedades lo hizo en menor medida (9,1 por ciento). Por el lado del gasto, el crecimiento de las bases fue ligeramente inferior al de 2014 como consecuencia de la caída de los precios energéticos y, en particular, de los precios de los productos petrolíferos. En el caso del IVA, el aumento del gasto se situó en niveles similares a los del año anterior; en tanto que el valor de los productos ligados a los impuestos especiales disminuyó por el motivo señalado, a pesar de la tendencia positiva del consumo (especialmente en gasolinas y gasóleos) y de la influencia de otros factores de carácter transitorio que también lo favorecieron (como las altas temperaturas del verano que elevaron el consumo de electricidad).
A efectos de los ingresos netos, es también relevante el comportamiento de las devoluciones que, globalmente, han elevado el crecimiento de los ingresos. En el IRPF el descenso del 0,4 por ciento de los ingresos netos es similar al de los brutos y tiene su origen, como se ha señalado, en la reforma del impuesto. En el Impuesto sobre Sociedades las devoluciones crecen menos que los ingresos brutos y eso permite un aumento de la recaudación neta del 10,3 por ciento. Lo mismo sucede en el Impuesto sobre la Renta de los No Residentes en el que las devoluciones permanecieron prácticamente iguales a las del año anterior y los ingresos, en términos netos, aumentaron un 15,5 por ciento. En el IVA los ingresos crecieron un 7,4 por ciento, por encima de los ingresos brutos como consecuencia de las menores devoluciones realizadas; en el caso de las devoluciones anuales por el menor importe de las devoluciones solicitadas en el ejercicio anterior (en 2015 se devolvieron las solicitadas a comienzos de ese año correspondientes al ejercicio 2014), y en el caso de las devoluciones mensuales debido al cambio en los procedimientos del impuesto que supuso que parte de los ingresos que antes se gestionaban en las Aduanas se empezasen a recaudar a través de menores devoluciones solicitadas en el modelo de autoliquidación. En los Impuestos Especiales la recaudación registró un incremento de tan solo el 0,2 por ciento a causa de la devolución del céntimo sanitario.
En el siguiente gráfico del Anexo se muestran datos que completan la información:
Gráfico nº 15. Evolución de los ingresos tributarios y de la base imponible agregada (Anexo)